Unfamiliar
Rescatado de Tumblr
SUEÑOS Y PESADILLAS
Estaba despertando a eso de las 6, estaba todo listo para que yo vaya al gimnasio y empiece mi día. Fue allí cuando, amarrado por el impulso de descansar o quizá por una fuerza divina que me decía que vuelva a dormir para escuchar su mensaje, caí rendido ante la almohada.
Estaba en la casa de mi abuela paterna, en el tercer piso. Simplemente, estaba parado allí, y de pronto, el perro de mi hermano, corrió a toda velocidad a las escaleras, y de un brinco, salto al vacío.
Mi bramido con su nombre se hizo escuchar por todo el cielo, fue allí cuando empecé a notar que no estaba solo, había allí conmigo una presencia masculina tacita siempre respirando detrás de mi hombro. No le preste atención y vi a mi perro tendido en el piso a través del balcón. Corrí escaleras abajo para darle alcance.
Escuchaba y a la vez no sus sollozos, era algo irregular, pero era causado quizá por la euforia, seguí corriendo para darle alcance. Finalmente, y quizá por un extraño motivo, le di alcance al can en la oficina de mi tía paterna. Lo abracé con todas mis fuerzas llorando, y entonces, entonces allí empezó.
Empecé a toser y expulsar grandes montos de pelo de perro de mi boca. Primero pelo blanco, propio de mi perra y luego pelo negro, característico del perro de mi hermano. La presencia masculina me seguía observando.
Luego de expulsarlo por bastante rato y al ver que solo quedaba la sensación vomitiva en mi boca de tener los residuos de la grasa capilar, desperté.
Eran las 7:30 am de hoy 31 de octubre de 2023, Halloween. Fui donde mi abuela materna, que estaba oportunamente en la puerta de la cocina del primer piso. Le pedí que interpretara mi sueño, como hacen los antiguos.
Me dijo que lo central era el pelo de perro en mi boca, significaba enfermedad, y que lo estaba expulsando de mi ser. Y que lo que pasa cuando sueñas con perros ajenos que te atacan o algo por el estilo significa ladrón. Me dijo que al tratarse de mi perro no debería preocuparme.
Pero dándole vueltas un rato y comentándoselo después, le dije que quizá el perro en la casa de mi tía signifique que el ladrón es de esa parte de la familia, ella dijo que era probable.
Incluso antes lo tenía claro, mi padre se iba a aprovechar de la enfermedad de mi madre para quitarnos todo, a mi hermano, a la quizá difunta de mi madre en ese momento, y a mí.
Lo peor de todo sea, quizá, que me lo espero de esa clase de perdedor como es mi padre. Fue entonces que me lo jure, debía ser mil veces más precavido, ser malévolo y planificador. Debía jugar bien mis cartas. No podía confiar en él ni en nadie de esa parte de la familia.

