Sin mirar atrás, sin poder hacerlo...
Serenidad y autodestrucción
SUEÑOS Y PESADILLASDIARIO
Hace un tiempo me enamoré de un punto y coma. Ese ido innecesario cuando tu oración no es muy grande, pero lo suficientemente puntual para dividirla cuando esta excede un tamaño nocivo para la humanidad.
Seguir y seguir tiene un límite, supongo, me he resignado ya a la eterna soledad, y al parecer es tan notorio que mi madre empieza a hacer bromas que mi hermano menor en 8 años tendrá familia antes que yo. Supongo que me lo tengo merecido por siempre andar queriendo matarme y ese tipo de cosas.
Últimamente, mis nerfeos no son tan notorios, lo cual me ha hecho querer avanzar un poco más. Me siento un poco resignado pese a esto a la perpetua tos del reflujo y al horrible dolor de los cólicos del reflejo del estómago irritable. Pero siento que he esquivado una bala con el punto y coma. Y que no me afecta más en absoluto.
No recuerdo el rostro de ninguna a severidad de mi condición, la que más recuerdo es el rostro de la chica del huracán y aun cuando la recuerdo la veo borrosa como si desvaneciera en mi mente. Creo que por ese lado he recibido una bendición divina. El derecho de olvidar mis lamentos.
Tampoco recuerdo a casi nadie de la etapa de “todo lo malo” y la precuela. En concreto, solo recuerdo los nombres de unos pocos compañeros de la universidad y de la secundaria de ese tiempo. Por mi parte lo considero perfecto.
Por fin puedo decir, que me he ganado algo de libertad. Qué hermoso es ser libre.
Pero pese a todo, aun así quiero acabar con mi vida, quiero morir como lo hizo Osamu Dazai en la vida real. Quiero sentir que estuve atado a un alma gemela en la muerte. Ser libre de las ataduras mortales de esta realidad.
Pero no pasará. Es el estigma de ser un suicida, de haber estado maldito, lo que nunca podre deshacerme. Estaré solo por siempre, tanto en la vida como en la muerte.
La eternidad se ve tan lejana ahora, pero aun así sigo esforzándome, aunque tosa sangre de vez en cuando, o mi estómago ya no de más. Sigo avanzando, hacia adelante.
Aun así la extraño, o tal vez sea correcto decir que extraño lo que nunca paso con ella, puesto que fue sujeto de las últimas pesadillas que he tenido, verla, salir, solo existir, ella y yo.
Pero nunca paso. Y jamás pasará.
Estoy condenado a la soledad, y está bien, no creo que seré feliz para variar. Pero entre todo lo que ha pasado estas últimas semanas puedo decir que está bien. De cierta forma es lo que el mundo hizo conmigo y que yo acepte.
La eterna desidia de existir, la eterna sensación de no verla a mi lado, el perpetuo ser condenado.
Todo pronto llegará a su fin, quizá es raro decir esto, pero la chica que da vueltas tenía razón. Voy a intentarlo una vez más, daré vueltas, rodaré, y se repetirá, otra vez. Siendo así, ¿por qué seguir?
La soledad perpetua, solo es mera cuestión de tiempo para que detone entre todo lo que queda armado en el festival de verano definitivo. Los fuegos artificiales son hermosos.
Aun así, la extraño, o más bien, extraño lo que nunca paso.
Una vez más, daré vueltas una última vez, y de allí todo acabará.
Escrito por Reiki Arakawa

