Ruido I

Crecí en una casa familiar, mi madre era profesora, mi padre taxista. Mis padres no solían estar tanto en casa, pero estuvieron el suficiente tiempo como para que desarrollara la parte sentimental de mí. Mi padre con sus bromas, mi madre con su llanto.

No quiero juzgar su crianza, fue de buenas a primeras bastante mejor que el promedio. Solo quiero entender la sensación de deja vu que me acompaña desde pequeño.

Fue más o menos cuando empecé el jardín de niños que sentí una perturbación en mi cabeza, como si fuera la segunda vez que vivo esto. Sinceramente, no quiero volver a vivirlo en realidad. El 99% fue una mierda.

El tiempo solo me hizo bien, hubo un año en el que no le dirigía la palabra a nadie en la escuela, era una mera existencia que robaba aire del mundo. Para todos no era más que una plaga.

Fui un ser asqueroso que no merece ser recordado, al menos eso creen todos los de la primaria, tambien la secundaria y gran parte de la universidad.

Pero, por otra parte, ahora estoy bien, y feliz. Recuerdo aún la escena en que las chicas llegan a Alaska en el anime Sora Yori mo Tooi Basho, cuando gritan ¡ahí lo tienen! Demostrando que todos los que les daban la contra erán un montón de cagados mentales.

Quizá no sea la idea de ese momento, pero sentí eso hace poco. Llegar a un lugar lejano en el horizonte, donde mis sueños se cumplen, y mi meta de vida termina. Y puedo dedicarme a vivir plenamente a partir de ahora.

Es un anime que siempre recomiendo de hecho. Pero quizá ese era el objetivo, solo que aún no me lo creía, terminar la u y empezar a hacer algo nuevo. Como salir por las tardes o tomar café más seguido pero por placer.

Me le declaré a una chica el otro día. Supongo que fue impulsivo. Siendo bien sincero, no sé por qué lo hice, apenas la conozco y me resulta un ser sumamente distante que se aleja ella sola del mundo hacia el este. Algo similar a mi caso, solo que yo me alejo al oeste.

Supongo que es lo que pasa con todos los que tienen la I en el modelo MBTI. Se disparan a lugares sórdidos del universo donde están ellos solos.

Quiero estar con esa chica, me parece sumamente especial. Pero ella no quiere. Y eso marca el punto y aparte en mi diario personal. Otra vez.

Además de ser un motivo adicional de la sobredosis del otro día. Solo que ahora, no me puedo poner triste.

Esas pastillas alejan el ruido de las dudas y la sensación de perder el tiempo en la realidad. Simplemente una buena elección.

El ruido se ha ido, puedo ver el mejor lado del mundo de ahora en adelante. Y bailar con buena música en adición.