Reiki Arakawa II

Fue hace varios años, los suficientes para olvidar la fecha exacta y tan pocos que puedo sentir el dolor aún en mi cuerpo de lo que fue esa operación de emergencia.

Un doctor aleatorio, un día común, y un detonante esperado. La causa: Apendicitis.

La vida da giros bastante curiosos cuando estás por morir. La primera cosa que me di cuenta, fue que no tenía amigos verdaderos. Todos en este mundo son variables "temp", así es el código de la vida. Y dependía de mí ser una variable global en el programa de la humanidad o un simple "int i" iterador.

Repite, Repite, Repite una vez más.

Recuerdo que poco antes de ese suicidio, que fue mi mayor depresión, sentí que fallaría. Eso sentí, y eso pasó.

Poco después me operaron por algo que no creía que llegaría nunca. Mi primera operación a un órgano que, francamente, sobra.

Mi vida no mejoró mucho después de eso. Simplemente: Repite, Repite, Repite una vez más.

No recuerdo el orden de las cosas en ese evento. No sé si mi error en escoger una compañera llegó antes, o antes y después, o después. Lo que sí recuerdo es algo que tengo ahora, y que antes también estaba: Las pastillas.

No hay mucho más que añadir. El motivo por lo que lo rescato es simplemente ese: El dolor vuelve. Y si muero o no en los próximos días, será cosa del destino.

Añoro los dias de blanco y negro.