Mentalidad
Cuando camine por la playa desde mi casa.
DIARIO
En el trabajo no espero nada, solo cumplir mi rol con honores. La vida me ha enseñado que nadie en el trabajo es tu amigo, que en cualquier momento pueden echarle tierra a todo lo que has hecho durante años. En resumen, comparado con la magnitud del mundo, si te pagan una cifra, siempre hay un mono que puede hacer tu trabajo por mucho menos y ser feliz con eso, todos somos reemplazables a la larga.
La vida es injusta, pero parece que por fin esta empieza a sonreírme, aunque no me aventuraría a decir que lo he logrado. Pasa que conseguí un trabajo temporal que remplazo al anterior casi al instante. Las prestaciones son mucho mayores y el clima es más taciturno. Todo está mejor definido, todo lo que tienes que hacer este re documentado, todo es para que seas un engranaje más en este mundo llamado corporación malvada.
A diferencia de mi anterior trabajo (ECorp) parecen preocuparse más por sus trabajadores. Pasa que me han agendado hoy una sesión de meditación. Me hacía una idea de que esperar.
Antes de entrar pensé en la idea tacita de ser como Alan en la película Que paso ayer, o The hang over para los amigos. Simplemente, dije, me mentalizaré tanto que me alucinaré lo que sea, y así fue.
La que dirigía la sesión virtual era una chica común y corriente, simplemente dijo que cerráramos los ojos, movamos un poco los brazos y las piernas, para finalmente empezar a decir que estábamos en una playa y diversas acciones que realizamos en ella. Fue allí cuando lo vi.
La concentración que tenía no se podía equiparar. Caminaba por una playa de arena gris, la lucha había acabado, podía morir tranquilo. Caminaba y caminaba, había nubes en el cielo que le daba un color azul apagado a las olas del mar casi gris. Simplemente caminaba.
Seguí al pie de la letra las instrucciones de la orientadora, camine, me metí al agua, incluso me sumergí en ella, la sentía en mi cuerpo, todo era tan real. Fue entonces que la sesión se dio por terminada, vi de reojo antes de eso que ella tenía una notable desidia, quizá porque nadie prendiera su cámara en el momento de la meditación. No me importo. Varios le agradecieron, y finalmente, todo termino.
Estaba notablemente cansado, me sentía relajado al límite de tener somnolencia, por suerte había dejado un litro de café en mi taza justo a lado, la tomé completa y volví al ruedo.
No sé qué concluir, al menos sinceramente, de todo esto. Quizá pueda repetir la frase: “Estoy evolucionando”. Pero creo que no va al caso. Simplemente toca seguir. Aunque quiero pensar que sí, quizá solo meditar para variar, me hizo mentalizarme que, al final, todo será calma y paz en la batalla que me espera, al menos en su conclusión.
Toca decir, que hay vampiros en esta ciudad, toca pelear. Let’s go ahead.

