Los años de peregrinación del chico sin color
Review de uno de los libros de Murakami en mi haber. Rescatado de uno de mis viejos blogs en blogger.
LIBROS
Desde muy pequeño he estado observando el mundo, siendo un simple espectador. Mis pocos amigos durante mis primeros 11 años de vida escolar me recuerdan por ser trascendente, pero no precisamente por lo bueno. Era la depresión encarnada, un chico que era impulsivo, y que bastaba un simple comentario de un compañero hasta un profesor para ignorarlo el resto de una vida.
Era incomprendido, y en su defecto y como era de esperar, siempre me sentí excluido, fue poco después de ver la película (y leer el libro) de Perfume: Historia de un asesino, que lo entendí. No tenía olor ni color. Era un comentario en el código de la vida, no era importante. Estaba vacío.
Me sentía completamente desolado. Y, finalmente, la secundaria acabo, sin ninguna experiencia memorable que recordar.
Fue similar en la universidad, al menos de cierta manera. Me enfrasqué en cambiar mi historia. Ser el mejor, ser All Might para una generación que podía pasar lo mismo que yo, la eterna soledad de existir y ser despreciado.
Pero cuando la chica del kimono y katana me destruyo, finalmente lo entendí. No había cambiado en lo más mínimo, era un ser incoloro, insípido, incoloro. La gente me despreciaba por solo existir. Por solo respirar.
Hace poco terminé el libro homónimo a este post. Historia que trata de Tsukuru, un chico que no lleva un color en su nombre, y que siempre se sintió excluido por sus amigos por ello. Ellos, Ao, Aka, Shiro, y Kuro (Azul, Rojo, Blanco, y Negro) (Nombres de pila) siempre andaban juntos, pero por cosas del destino, Tsukuru termina yendo a Tokio a estudiar, alejándose de Nogoyá, su pueblo natal. Él siempre volvía por las festividades, hasta que un día sus amigos cortan todo vínculo con él, argumentando que no lo querían volver a verlo y que él sabía perfectamente la razón, aunque no era así.
Tsukuru se rompió, empieza a pensar solamente en la muerte, y durante seis meses su apariencia transmuta en una muy distinta, ergo por la mala alimentación que desencadeno el detonante, ergo su poco ánimo por la vida. Enflaquece, envejece, madura.
Muchos años después, Tsukuru conoce a Sara. Ella lo motiva a averiguar el motivo por el cual sus amigos del instituto cortaron todo vínculo con él. Lo que lo lleva a un viaje de reencuentro donde descubrirá los verdaderos motivos de su separación y el rompimiento del grupo, de por qué uno de ellos ya no está en este mundo, de porque sus años de peregrinación como chico sin color desembocarán en una simple decisión al final de su viaje, que para desgracia de Tsukuru, no dependerá de él.
Quizá es lo mismo para mí y las personas sin color, quizá un día encuentre algo que me aventuré a ver mi pasado y enfrentar a mis demonios y evolucionar. Pero lo tengo claro, lo que Tsukuru no era, era ser un prodigio con memoria fotográfica. Tsukuro no recuerda tan vívidamente todo lo que vivió, como si fuera ayer, como si fuera hoy.
El trastorno de estrés postraumático producto de los eventos del pasado marcaron una herida abierta que nunca será cerrada, una herida que me acompañara toda la vida, así como la cicatriz de All Might. Pero sin ser más que un héroe de baja categoría. Aun así, sigo intentando hacer mi historia. Una historia con un único final llamado muerte.


Yo aún no he muerto