Futsu

Ella era así de normal, una chica algo rellena que iba a la escuela cerca a la mía, era una mera observadora. La primera vez que interactuamos recuerdo llegar a casa y no recordar su rostro. Era un suicida común y corriente como ahora. Lo que paso fue que ella y yo empezamos a salir poco después, y ella se convertiría en mi principal clavo en mi ya desgraciada existencia.

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“Las chicas de computación no son normales” desgraciadamente lo entendí a la tercera ocasión cuando me enamore seriamente de alguna de ellas. La primera - y desgraciadamente para mí - era la promiscua chica de las galletas. Una chica que quería vivir antes que programar. Por algún motivo, ella no compartía la meta de llegar a ser el mejor, y poco después de conocerla me destruyo. Además del hecho de que desperdicie un deseo de Sheng Long en ella. La chica de las galletas es y sigue siendo uno de los mayores motivos por los cuales no confió en las chicas de computación.

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Soft skills a alguien mayor, un día una chica ya entrada en años entro en mi clase de algoritmia, se llamaba Luisa, Luisa Lane. Así es, como la novia de Superman. Me gustaba demasiado esa chica, era el clásico pecado de una milf en un puberto yo de ese entonces. Como sea, no fue hasta unos días después, que gracias a dios no me precipite, descubrí que tenía dos críos, y estaba comprometida. Me reí y dije, Toto-sama tiene razón, uno no caga donde come.

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Pinkerton girl es quizá el mayor pecado que haya no cometido yo, pero que afecto mis días desde entonces, yo tenía 4 años, era un alumno de preescolar callado y miserable. En fin, un día - al yo de ahora - se me ocurrió buena idea hablar de Pinkerton girl en un blog en blogger, las cosas fueron a mayores, puesto que casi me banean la cuenta. No puedo decir mucho más, Pinkerton girl es quizá el mayor pecado que se le puede hacer a un niño hecho por una niña de su edad.

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Monik era una chica con problemas en la tiroides, era delgada y estudiosa. Luego de declararme, entendí que era un ser miserable destinado al infortunio. Ella jamás volvió a hablarme, éramos críos, sí, pero al menos ten más tacto, pensé. Desde entonces miro constantemente al suelo, no tengo fe en que alguien me salve desde entonces.

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La chica que le gustaba la pizza era mi primera amiga y quizá la razón por la que odio tanto a las mujeres. Me enamoré de ella en primer grado de primaria. Siempre la veía a la lejanía hasta la secundaria. Entro todo, ella empezó a salir con un chico de un grado menor que ella que iba en nuestra misma movilidad. Un día yo subía por la calle aledaña a la escuela, y la vi, estaba besándose apasionadamente con un chico de un grado superior.

Odie cada parte de ella desde entonces, entendí bastantes cosas y sentí, como el sonido del pan recién horneado quebrándose. La desilusión de odiar cada pequeña parte de mi ser como si fuera mi perdida.

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Date Eiji es un personaje ficticio de la serie de manga y anime de boxeo Hajime no ippo (o Espíritu de Lucha para los amigos). Eiji tiene un golpe de devastador, el golpe rompecorazones. Un golpe capaz de detener tu tiempo de reacción unos segundos, los suficientes para que él aproveche y te noquee como es debido.

Conocí a la chica rompecorazones en las peores circunstancias y me enamoré de ella por cosas que Toto-sama luego describiría como, el peor acto de homosexualidad que podía cometer. Ella luego me comentó que era bastante “sociable”. Como sea, entendí que el nombre de la chica rompecorazones era adecuado para ella. Y pese a que suene en que no tiene relevancia en este entierro, para bien o para mal, era la primera desde la chica del kimono y la katana por la cual habría botado la casa por la ventana.

Al final fue la gota que derramo el vaso, no creo volver a enamorarme, y la mirada en el final de Classroom of the Elite me hizo pensar que, el odio, es lo que siempre estuvo de mi lado, y que al final, era lo que definiría mis pinceladas en el universo.

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Kanojo, era una chica normal, estaba en tercero de primaria y ella - como yo - era bulleada por nuestros compañeros de grado. Ambos éramos tal para cual, infelices y destinados a morir. Quizá es la única chica por la cual nuestras miradas y quizá nuestros destinos hayan sido los mismos en ese momento de nuestra vida.

Ella era maltratada por su madre, manoseada por su padre, odiada por sus compañeros de clase, y descuidada en apariencia. Era pelirroja, tez clara como la nieve. Siempre mantuvimos la distancia hasta que, en una reunión de padres, intercambiamos palabras y me enamore de ella definitivamente y pasaría ella a ser, el principal motivo por que me precipito en decirle lo que siento a las mujeres.

Ella se fue de la escuela al mes siguiente, sin avisar, sin molestar a nadie. Nunca pude decirle lo que sentía, y por algún motivo sentí en mi corazón, que ella había muerto.

Desde entonces no fui el mismo, ella fue quizá la primera chica alike sin contar a la chica rompecorazones con la que me sentía completamente entendido. Ella desapareció en la lejanía, jamás pude hablar con ella, jamás pude encontrarla, quizá ella sí se pueda definir como la primera y real Aiko de mi vida.

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Anti Aiko era una chica a la que considero el motivo por el cual deje la escuela a la que iba, era una chica normal de notas altas y de estándares altos también. Salía con el hijo del dueño de la escuela. Sin embargo, eso no impidió a que le fuera infiel con una pata de tez oscura y de notas miserables también de la clase.

Un día, debido a que este tipo salía con una chica de otra escuela, fue golpeada salvajemente por esta chica frente a mí. Quizá en mi inexperiencia, quizá en que de verdad me gustaba la idea de verla sufrir, me limite a observar. Este suceso condenó mi vida escolar, y nunca más podría presentar mi cara en esa escuela una vez más.

¿Esta demás decir que su promiscuidad arruino mis ilusiones, no?

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Kimono y katana empuñaba esa chica al momento de romper mi corazón, hice un pacto con el diablo y ahora ella y cuatro personas más morirán. O quizá el hecho de que quizá, solo quizá, haya sido estafado y mi ser sea el que perecerá.

Algodón de azúcar y unicornios me ayudo a salir del foso, me dio todo para depender de ella, y cuando era obvio lo que sentía, me destrozo. Tuve que verlas por dos años más a las dos. Y eso fue suficiente para morir en mi psique. Ya estaba loco, ya no era como los demás. Había muerto una vez más.

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The girl with the cut, es quizá mi mayor pecado en toda mi etapa escolar. Me enamoré de ella y le hice daño sin siquiera salir con ella. No sé cómo sentirme al respecto, simplemente enterré los sucesos de ella. Mi manía de cortarme las venas, y la presencia del imbécil de la nueva pareja de Anti Aiko jugando con mi navaja y ella interviniendo y cortándose la mano por accidente. Todo fue aislado en lo más profundo de mi mente.

Enloquecí, y obviamente, me echaron la culpa de todo. No confíe en nadie nunca más. Y como odie tanto esa etapa, evito hablar de eso en general.

Esos años están enterrados en un baúl maldito. En una caja de pandora sin esperanza. Un lugar que, de abrirse completamente, renacerá la verdadera esencia de la desesperación. Y todo se habrá perdido.

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Escrito por Reiki Arakawa