El combate masacre
Rescatado de un viejo blog que compartía con unos amigos. Escrito originalmente el 16/01/2022.
PERSONAL
Hace más de 20 años, cuando tenía la corta edad de 5, una animación en Flash apareció en las diferentes páginas de juegos gratuitos online de aquel entonces: Madness Combat. Una animación en su mayoría monocromática de tipo gore que marcó gran parte de mi infancia, pese a que su primer episodio durará pocos minutos.
En aquel entonces era un ser extraño, soñaba despierto y las personas, tanto mis compañeros de escuela como mis padres y otros adultos, se aprovechaban de eso. Fue por esos años que, como todo un infante, me ponía a esperar año tras año para que el creador, un tipo con alias: Krinkels, publicará la siguiente entrega, con la ciega esperanza de que ese personaje saliera de mi computador y matara a todos.
Creía que había vivido lo suficiente para morir. Al unísono pensaba que era más maduro por ver gore y esas cosas. Sin embargo, no lo compartía con nadie, puesto que el tiempo me enseño a desconfiar de cada pequeño ser vivo, desde familiares directos hasta mi propio perro.
Por ese entonces, miraba la animación una y otra vez, alucinando ser Hank, el protagonista, e ir matando a todo ser vivo que se cruzara en mi camino. Era de esperarse, a muy corta edad, el mundo ya me había decepcionado suficientes veces como para marcar a un niño por el suicidio.
Mi vida se resumía en: Ir a la escuela, volver, y jugar videojuegos. Era así, y no podía pedir más al respecto.
Llegada la universidad, el tiempo cambió, fue alrededor de la décima entrega de Madness Combat, y poco a poco me fui perdiendo en los azares de las responsabilidades. Desde dejar de ver anime, hasta dejar de pensar en divertirme. Mis gustos se volvían más monótonos como ir a un café con jazz por la tarde o simplemente codear esperando algo del universo.
Los días pasaron, para mí, y para los demás.
Hay monstruos sueltos aquí en la ciudad.

